Cuba: topes de velocidad en el camino hacia el socialismo

por Karlos Bermann

Una sociedad socialista es aquella en la que la economía se planifica de manera que satisfaga las necesidades de su gente. Los principales “medios de producción” (las fábricas, las minas, los sistemas de transporte, et cetera) son propiedad colectiva del pueblo: el pueblo trabajador. No son de propiedad privada. En una sociedad capitalista, los medios de producción pertenecen en su mayor parte a individuos privados, generalmente organizados en corporaciones, que los explotan con el fin de obtener ganancias. Estos propietarios capitalistas no organizan la producción sobre la base de un plan nacional o internacional para satisfacer las necesidades de la gente. Por lo contrario, producen lo que pueden vender para obtener ganancias.

Un proceso contradictorio

Intentar construir una sociedad socialista en un país del Tercer Mundo, un país subdesarrollado, es un proceso contradictorio. En la Unión Soviética, Josef Stalin proclamó la doctrina del “socialismo en un solo país”. Fue un fracaso, a pesar de que la Unión Soviética poseía recursos mucho mayores que los que tiene Cuba hoy. No se puede construir plenamente una sociedad socialista en un solo país porque la economía moderna es una economía global que hoy funciona según principios capitalistas o de mercado.

El mercado capitalista mundial

Hoy todos los países, independientemente de su ideología, están sujetos a las fluctuaciones del mercado capitalista. En un país atrasado, un sector nacionalizado o socialista de la economía no puede esperar satisfacer todas las necesidades cotidianas de su pueblo y al mismo tiempo acumular el capital necesario para el desarrollo y la modernización. Por lo tanto, en un país subdesarrollado que intenta avanzar en un sistema económico global basado en principios capitalistas, el capitalismo tendrá un papel que desempeñar incluso cuando haya un gobierno socialista. La legalización de las mipymes por parte del gobierno cubano es un reconocimiento de ese hecho.

¿Hacia el capitalismo o el socialismo?

¿Significa la existencia continuada e incluso el crecimiento del capitalismo en Cuba que el país aún no es socialista? Cuba tiene un gobierno prosocialista, un gobierno que implementa, o intenta implementar, políticas socialistas. Pero el socialismo pleno, que implica una sociedad de plena igualdad (económica, jurídica y política), sólo puede lograrse en condiciones de abundancia material. Esa condición previa necesaria sólo puede crearse mediante la extensión de la revolución mundial a los países avanzados. Sólo entonces podrá comenzar la transición hacia una auténtica economía global socialista. Y sólo entonces podrán producirse avances rápidos en los antiguos países coloniales, los países del Tercer Mundo. Por su propia naturaleza, el sistema capitalista global se basa en la explotación del Tercer Mundo. Llámelo imperialismo o llámelo neoimperialismo.

Algunas personas creen que la legalización de las mipymes en Cuba, la mayoría de las cuales son empresas capitalistas, es un paso atrás, un paso hacia la restauración del capitalismo. Tienen razón y al mismo tiempo se equivocan. En el sentido técnico y jurídico es un paso atrás. Estratégicamente no lo es. Es una medida táctica, un ajuste táctico, como el que podría hacer un ejército si descubre que sus líneas de suministro están demasiado extendidas. Se trata de una medida táctica que quizás debía haberse hecho tarde. Después de todo, no hay nada que diga que los trabajadores y campesinos, habiendo conquistado el poder estatal, deban erradicar inmediatamente todos los vestigios del capitalismo. La historia nos ofrece muchos ejemplos de formas más antiguas de relaciones productivas que coexisten con otras más nuevas durante períodos prolongados. La coexistencia con relaciones capitalistas e incluso semifeudales en algunos sectores de la economía es casi inevitable en los países tecnológicamente atrasados.

Lenin, Stalin y la Nueva Política Económica

Vladimir Ilyich Lenin

A principios de la década de 1920, la economía de la Unión Soviética estaba al borde del colapso total después de la Primera Guerra Mundial, seguida de años de guerra civil. En 1922, el Partido Comunista, todavía bajo el liderazgo de Lenin y los bolcheviques, aprobó la Nueva Política Económica, o NEP, que dio luz verde al capitalismo en el campo y en la industria ligera. La escasez de cereales pronto se alivió. Después de la muerte de Lenin en 1924, Stalin consolidó su control sobre el Partido Comunista purgando a los verdaderos bolcheviques, a los verdaderos revolucionarios. En lo que respecta a la NEP, primero permitió que el crecimiento del capitalismo, especialmente en el campo, llegara demasiado lejos sin control. Luego reaccionó de forma exagerada, declarando la guerra a los campesinos ricos, los “Kulaks”, y declarando la colectivización forzada de la agricultura bajo control estatal. El resultado fue un desastre que provocó una hambruna generalizada.

Nada está garantizado

Hoy, como en la Unión Soviética hace 100 años, decir que después de una revolución socialista puede ser necesario el mantenimiento o la restauración de algunas empresas capitalistas no significa que tales políticas estén exentas de peligros. Nada está garantizado. El proceso debe ser monitoreado cuidadosamente y en ello las organizaciones de trabajadores y campesinos deben desempeñar un papel de liderazgo.

La pregunta más importante

La pregunta importante no es: ¿existe capitalismo en el país? O ¿está creciendo el capitalismo? La pregunta principal es ¿quién controla las principales palancas de la economía? ¿Son los banqueros privados y las empresas privadas monopolistas, o es el gobierno que representa los intereses de clase de los trabajadores y campesinos? En Cuba la dirección general de la economía está en manos del Estado. El Estado controla la banca, el comercio exterior y la política de desarrollo. Las restricciones a las mipymes a sectores no estratégicos de la economía y la limitación del número de trabajadores que pueden emplear también pretenden limitar los riesgos de la restauración capitalista.

Desafíos y más desafíos en la larga marcha

Sí, hay dificultades, amenazas, obstáculos que superar. Pero Cuba ha estado enfrentando estos desafíos durante 65 años. A quienes lo han vivido y se han sacrificado por ello les parece mucho tiempo. Pero si lo pensamos en términos históricos, como los dolores de parto de un nuevo orden mundial, no son tan largos y quizás más fáciles de soportar.

A pesar de todos los obstáculos, el hecho de que el país más rico y poderoso del mundo haya dedicado durante tantos años tanta energía y recursos al esfuerzo de aplastar la Revolución Cubana es testimonio de su miedo a Cuba, de su miedo a que Cuba triunfe y que su ejemplo se difundirá.

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